Historia
Todo comenzó en una tarde soleada de 2014 en Málaga, cuando un grupo de amigos compartía historias sobre sus abuelos. Entre risas y recuerdos, una realidad se hizo evidente: la soledad que muchos de nuestros mayores enfrentan a diario. Fue entonces cuando una chispa de solidaridad se encendió en nuestros corazones.
La Inspiración
La inspiración para crear la Asociación Nacional Contra la Soledad y el Desamparo surgió de la necesidad de dar voz a aquellos que, en el ocaso de sus vidas, se encontraban solos y olvidados. Queríamos que cada persona mayor sintiera el calor de una comunidad que los acoge y valora.
La Pasión
Nuestra pasión nace de la convicción de que todos merecen compañía, amor y respeto, independientemente de su edad. Nos apasiona la idea de construir puentes entre generaciones, de tejer redes de apoyo que abracen a quienes más lo necesitan.
La Misión
Con cada actividad, cada encuentro y cada sonrisa compartida, reafirmamos nuestra misión: combatir la soledad y promover una sociedad inclusiva y solidaria. No solo ofrecemos compañía; brindamos esperanza y un sentido de pertenencia.
Trabajo en estrecha colaboración con un equipo apasionado y comprometido. Nuestra asociación es más que una simple organización; somos una familia unida por la empatía y la acción. Permíteme presentarte a algunos de los miembros clave:
- María, la psicóloga: María es la chispa que encendió la solidaridad. Su experiencia como cuidadora, su dedicación y el amor por los demás son motivadores.
- Carlos, el Coordinador de Voluntarios: Carlos es un alma generosa. Coordina a nuestros voluntarios, organiza eventos y asegura que cada persona mayor se sienta valorada. Su sonrisa es nuestro mejor activo.
- Elena, la Comunicadora Social: Elena comparte nuestras historias con el mundo. A través de redes sociales y nuestro sitio web, ella conecta a las personas con nuestra causa. Su pasión por la escritura es inspiradora.
- Pablo, el Animador de Talleres: Pablo es un artista en el corazón. Sus talleres de pintura, música y baile llenan de alegría a nuestros miembros. Su creatividad es un bálsamo para el alma.
- Ana, la Abogada Solidaria: Ana ofrece asesoramiento legal gratuito a quienes lo necesitan. Su compromiso con la justicia social es admirable. Siempre está dispuesta a escuchar y ayudar.
- Luis, el Tesorero con Corazón: Luis maneja nuestras finanzas con cuidado. Su transparencia y ética son ejemplares. Cada donación cuenta, y él se asegura de que se utilice sabiamente.
- Rosa, la Voluntaria Más Joven: Rosa, de tan solo 16 años, es nuestra esperanza. Ayuda en eventos, visita a los abuelos y aprende de sus historias. Su entusiasmo es contagioso.
Juntos, formamos un equipo diverso y apasionado. Cada uno aporta su talento y amor por la humanidad. Siempre estamos abiertos a nuevos miembros que quieran unirse a nuestra familia solidaria
